El obispo Bagrat pronunció un discurso con motivo del 34º aniversario de la Declaración de Independencia.
Mencionó que los deseos y sueños de nuestro estado fueron declarados en la Declaración de Independencia, que sentó las bases de nuestro nuevo estado, y qué valores profesa el estado recién creado, convirtiéndose en el certificado de nacimiento de nuestro estado.
"Nació en condiciones extremadamente difíciles, pero contra todo pronóstico, definió nuestro derecho a existir y al mismo tiempo condensó la visión de nuestra libertad e independencia y la aspiración de restaurar la justicia histórica. Para nosotros, nuestro Estado es el único y en el más alto lugar, el entorno y la estructura que hemos creado con nuestras propias manos y esfuerzos, al precio y pago de la sangre y la vida de miles de nuestros hermanos y hermanas, queriendo seguir siendo fieles a la visión que nuestros antepasados tuvieron y delinearon y son nuestro futuro.
Desafortunadamente, hoy en nuestro propio estado nos enfrentamos a los desafíos más difíciles, cuando nuestro honor, nuestra biografía, nuestros deseos y sueños son robados, cuando nuestra patria, la tierra de Artsaj, es entregada, cuando las fronteras de nuestro estado no son seguras, cuando los derechos de los ciudadanos a la vida son violados en todos los aspectos, el reconocimiento del Genocidio está cuestionado, las disposiciones tanto de la declaración como de nuestra Constitución derivadas de ella han sido completamente violadas, nuestra condición de Estado ha sido tomado por el mal, y finalmente, a instancias y exigencias del enemigo, se intenta modificar nuestra Constitución, el Preámbulo, y la referencia en él a la declaración de independencia."
Según el obispo, ahora nos enfrentamos a la realidad de volver a independizar y volver a liberar nuestro Estado.
"Debemos comprender que tenemos nuestra propia condición de Estado y que estamos llamados a convertirla en nuestra tierra prometida, la tierra sagrada de la realización de nuestros deseos y sueños. Observar el potencial y la capacidad de nuestros nativos, los fundamentos espirituales y morales de nuestro propio pueblo, sin el dictado o la coerción de ninguna fuerza externa ni la psicología de suplicarles clemencia, sino para volver al estatus de socio predecible y confiable en las relaciones exteriores. . De acuerdo con la Declaración de Independencia, estamos llamados a asumir todas las obligaciones y responsabilidades con nuestra propia agenda armenia, que implica y dicta la gran idea de tener un Estado libre e independiente".