Esta es la historia sobre una familia fuerte y patriótica, con el apoyo de Dios y transitando el camino de la migración, con el poder de la fe.
Los pequeños Artyom y Arman son los primeros nietos del último alcalde de Shushi, Artsvik Sargsian.
El padre de los niños dice que después de la guerra de 44 días y de perder Shushi, se mudaron a Ereván, pero al no poder resistir el llamado de su tierra natal, regresaron a Artsaj meses después, instalándose en Stepanakert.
Perdieron su hogar dos veces y tuvieron que ser nuevamente desplazados por la fuerza de su patria.
Sin embargo, la pareja de 25 años, Ara y Mary Sargsian, siguen sonriendo, ocultando su emoción, y aseguran que sus hijos serán más fuertes y algún día regresarán a su tierra natal.
El camino migratorio no fue fácil, la pareja dice que viajaron durante casi 19 horas, la mujer sufría dolores todo el tiempo y se mantuvo en contacto directo con Rusudan Vardanian, el médico jefe adjunto del Centro Médico "Shengavit", obstetra y ginecólogo de la ciudad de Ereván, que ha ayudado mucho a los bebés a nacer mediante una cesárea tardía.
A pesar de 9 meses de desnutrición, los bebés nacieron con un peso maduro de 2850 g. y 3350 g. Según su primer médico, el neonatólogo Artur Janazian, Artyom y Arman se encuentran muy bien.
"No hay sueños en los países en guerra", dice el padre de los niños, expresando su esperanza de que sus hijos no vean guerras.
Los bebés y la mamá se encuentran muy bien y ya se han ido a su nuevo hogar para crear una nueva vida con los recuerdos del pasado.