Ankara apeló a la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), solicitando que se detuviera la operación de la central nuclear de Metsamor en Armenia.
Al respecto comentó Vahe Davtian, experto en temas de seguridad energética.
La OIEA es una estructura dentro del sistema de las Naciones Unidas. La misma ONU que de hecho legitimó el crimen cometido en estos tiempos por los azeríes en Artsaj.
La central nuclear armenia ha estado en el punto de mira de Bakú y Ankara desde 1995, cuando se puso en marcha la segunda unidad de energía de la central. Durante estos años, la propaganda turco-azerbaiyana no escatimó esfuerzos ni energías para llevar a cabo un lobby antinuclear. Se habló repetidamente sobre los riesgos ecológicos del funcionamiento de la estación, la propagación de enfermedades oncológicas en los asentamientos turcos en la zona fronteriza e incluso los niños que nacen con anomalías. Ereván siempre negó fácilmente este delirio a nivel científico, político y de oratoria.
Hoy se han creado condiciones más que favorables para la implementación de la estrategia de Ankara.
Teniendo en cuenta la liberación del mercado eléctrico de Armenia, el cierre de la central nuclear puede convertir a Armenia en un país importador de electricidad. Al mismo tiempo, podemos perder el estatus estratégico del único país que desarrolla energía atómica pacifica.
Teniendo en cuenta que Turquía está construyendo actualmente un enorme complejo nuclear y que Bakú está negociando con Rosatom la construcción de la primera central nuclear en Azerbaiyán, la no preservación de la central nuclear armenia, puede afectar gravemente tanto a nuestra energía como a nuestra seguridad nacional en general.