Declaración sobre las amenazas del presidente de Azerbaiyán a Artsaj

El 28 de mayo, violando las normas y principios del derecho internacional, las obligaciones asumidas por la Declaración Tripartita de noviembre de 2020, y al mismo tiempo ignorando la presencia de las tropas rusas de mantenimiento de la paz, el Presidente de Azerbaiyán se pronunció contra la República de Artsaj, sus instituciones democráticas, así como la posibilidad de la reanudación de las operaciones militares por parte de Azerbaiyán con declaraciones beligerantes y provocativas.

Las reiteradas amenazas no disimuladas y el chantaje abierto de Bakú no dejan lugar a dudas de que las autoridades azerbaiyanas rechazan sistemáticamente la posibilidad misma de resolver el conflicto entre Azerbaiyán y Karabaj mediante negociaciones. El bloqueo a largo plazo, la creación de condiciones de vida insoportables, la negación del derecho a la vida y la seguridad, las violaciones periódicas y masivas de otros derechos y libertades fundamentales, la represión y la persecución son las herramientas que Azerbaiyán pretende seguir utilizando contra el pueblo de Artsaj. .

Como lo demuestra el bloqueo que ha durado más de 5 meses, continuos ataques armados y declaraciones belicosas, Azerbaiyán no solo no quiere abandonar su política de amenazas y violencia, sino que la fortalece cada vez más, con la participación de los comunidad internacional, incluso en el proceso de arreglo, en las condiciones de inactividad de los mediadores internacionales.

Las declaraciones de Azerbaiyán sobre su supuesta voluntad de garantizar los derechos y la seguridad de los armenios de Artsaj no son más que palabras falsas y una cortina de humo, tras las cuales se oculta la verdadera intención de Bakú de someter a Artsaj a una limpieza étnica. Exigiendo reconocer a Artsaj como parte de la integridad territorial de Azerbaiyán, las autoridades de ese país en realidad están tratando de obtener una licencia para llevar a cabo sus planes criminales con impunidad.

Los actores internacionales involucrados deben dejar de ignorar los motivos reales y los objetivos mismos de la agenda de Azerbaiyán hacia Artsaj. Los componentes diplomáticos y de política exterior de esa agenda son la continuación de la política de chantaje, coerción y amenaza de fuerza llevada a cabo por Azerbaiyán en flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas, la OSCE y los documentos fundamentales del Consejo de Europa.

Ignorar las verdaderas intenciones de Azerbaiyán, la violación de sus obligaciones internacionales, así como cualquier intento de los mediadores internacionales de buscar una actitud constructiva en la agenda abiertamente genocida de Azerbaiyán es autoengaño y equivale a aprobar las acciones criminales de Bakú.

Consideramos absolutamente inaceptable que la comunidad internacional, y en primer lugar, la Federación Rusa, cuyas tropas de mantenimiento de la paz están estacionadas en Artsaj y bajo cuyas garantías de seguridad, decenas de miles de ciudadanos de Artsaj, regresaron a su patria después de la guerra de 2020, no reaccionen con una adecuada respuesta firme a las amenazas de Azerbaiyán de reanudar las operaciones militares contra Artsaj.

Partimos del hecho de que los mediadores internacionales, representados por los países copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE y la Unión Europea, deberían prestar más atención a la retórica bélica y las acciones ilegales de Azerbaiyán y pasar de la palabra a la acción para impedir los planes criminales de las autoridades de Azerbaiyán y demostrar así en la práctica su compromiso universal con el derecho internacional, las normas y los principios fundamentales, garantizar los derechos y la seguridad del pueblo de Artsaj, así como establecer una paz justa, digna y duradera en la región.