Standard and Poor's ha revisado su perspectiva sobre la calificación crediticia soberana a largo plazo de Armenia de estable a positiva. Simultáneamente, confirmó las calificaciones crediticias soberanas de largo plazo a 'B+' y las de corto plazo de 'B'.

La perspectiva positiva refleja la visión de S&P de mejoras para la economía de Armenia, así como de su posición fiscal y externa, debido a los efectos positivos creados por la guerra en Ucrania. En ausencia de un deterioro geopolítico regional sustancial, las entradas laborales y financieras de Rusia podrían impulsar el potencial de crecimiento económico a largo plazo de Armenia y mejorar estructuralmente los balances fiscales y externos del país, reduciendo su vulnerabilidad a las crisis.

“Desde el estallido de la guerra en Ucrania, Armenia ha experimentado efectos indirectos positivos en forma de grandes flujos de mano de obra y capital de Rusia. Dados los profundos lazos económicos y culturales y las fuertes vinculaciones, Armenia se ha convertido en uno de los destinos clave para las personas y empresas rusas que intentan escapar de los riesgos políticos internos y los efectos adversos de las sanciones internacionales. A su vez, las entradas de inmigrantes han impulsado el crecimiento económico a dos dígitos (estimado en alrededor del 12,6 % en términos reales en 2022)  deducidos los persistentes déficits gemelos de Armenia. Esto también resultó en la apreciación del dram armenio frente al dólar estadounidense en casi un 18% durante el año pasado, reduciendo significativamente los saldos de deuda externa y gubernamental en términos de USD y mitigando en parte las presiones sobre los precios, a diferencia de otros países.

La agencia de calificación crediticia considera que es poco probable que haya una reversión brusca en los flujos financieros y laborales a Armenia en los próximos 12 meses. “Salvo escenarios extremos, incluido el nuevo conflicto militar directo con Azerbaiyán, las perspectivas de crecimiento económico a corto plazo de Armenia se mantendrán sólidas en aproximadamente un 4 % anual en términos reales, y sus balances externos y gubernamentales seguirán siendo más sólidos que antes de la guerra.”

“Nuestras calificaciones de Armenia están restringidas por la evolución de los entornos institucionales, los bajos niveles de ingresos, las posiciones fiscales y de balanza de pagos débiles, y su exposición a riesgos geopolíticos y de seguridad externa. Las calificaciones están respaldadas por la sólida perspectiva de crecimiento de Armenia, la disponibilidad de financiamiento oficial externo y un marco de política macroeconómica prudente que ha ayudado a preservar la estabilidad económica y financiera en los últimos años a pesar de múltiples shocks externos”, dice la agencia.