Es prácticamente imposible importar semillas, fertilizantes y productos fitosanitarios para la siembra de primavera, o cereales y piensos concentrados para el sector ganadero.
La escasez de combustible se ha vuelto especialmente problemática y está provocando la paralización de todas las actividades agrícolas.
Los invernaderos con calefacción se ven afectados por los problemas de suministro de gas y energía. Ya hay casos de plántulas e incluso cultivos inmaduros dañados por las heladas, lo que ha tenido un costo financiero y psicológico para los agricultores.
Los productos producidos localmente no se venden actualmente o solo están disponibles en cantidades muy pequeñas porque, dada la situación actual, los agricultores se quedan con los cultivos cosechados para su propio uso o para usarlos como semillas.