Desde que los cohetes comenzaron a caer sobre la disputada región de Artsaj, un equipo de historiadores ha trabajado para poner a salvo cientos de manuscritos armenios antiguos por temor a que pudieran ser destruidos por la artillería o el vandalismo.
En la capital de Armenia, Ereván, detrás de una puerta de bóveda gruesa en el centro cultural Matenadaran-Gandzasar se pueden encontrar tesoros de manuscritos armenios, algunos que datan del siglo XIII.
Los manuscritos han sido trasladados allí desde su complejo homónimo de Artsaj, ya que el conflicto reavivado de Armenia con Azerbaiyán amenazaba su existencia. “Vimos caer el cohete sobre la catedral de Gandzasar en Shushi, y, dado que el Matendaran está ubicado junto al complejo del monasterio de Gandzasar, decidimos trasladar temporalmente todo al Madenataran de Ereván por razones de seguridad, ”, explica Aram Torosyam, director del centro.
Pero no solo le preocupa el lanzamiento de cohetes. "Los manuscritos fueron retirados, dado que la destrucción de monumentos es un fenómeno habitual para estos terroristas: los grupos azerbaiyanos y turcos, tienen esta tendencia a destruir "
Los manuscritos son una parte importante del patrimonio cultural de Armenia, y muchos documentan su relación profunda y, a menudo, problemática con sus vecinos.
Por Maria Sol Tabakian