El 21 de septiembre, con motivo del Día de la Independencia de la República de Armenia, S.E. Karekin II  Patriarca Supremo y Katólicos de Todos los Armenios,  realizó una ceremonia en el Monasterio de Santa Gayané.

Se elevó una oración a Dios por la estabilidad de la Patria, su vida  pacífica y segura.

Al término de la oración realizada con la participación de los feligreses de la SantaSede de Santa Etchmiadzin, el Katólicos de Todos los Armenios envió su mensaje patriarcal a todo el pueblo armenio.

"Queridos fieles

Hoy es 21 de septiembre, Día de la Independencia de nuestro país.
Hace más de tres décadas, nuestro pueblo reclamó su condición de Estado independiente y aseguró su derecho a vivir libremente a costa de interminables penurias y sacrificios durante las luchas de la guerra de liberación de Artsaj.

Declaramos la independencia con la visión de construir una vida segura para nuestro pueblo, fortaleciendo nuestra identidad nacional, asegurando una vida digna y uniendo a todos los armenios en torno a la patria.

Hoy, 31 años después de la independencia, recibimos con el corazón dolido nuestra fiesta nacional y estatal más importante. Nuestros corazones están rotos por las enormes pérdidas de la guerra de Artsaj de 44 días. Estamos entristecidos y perturbados por las ambiciones de conquista de Azerbaiyán y el acoso incesante de nuestro país. Fue hace días cuando las fuerzas armadas de Azerbaiyán, violando todas las normas del derecho internacional, lanzaron un ataque a gran escala contra nuestro país, infligiendo devastadores ataques criminales contra asentamientos pacíficos. Como resultado de la agresión de Azerbaiyán, tenemos muchas víctimas, armenios heridos, capturados y desaparecidos, miles de desplazados. Rendimos homenaje a la gloriosa y luminosa memoria de los soldados que dieron su vida por la independencia de la patria. Deseamos a nuestros jóvenes heridos una pronta recuperación.

Los desarrollos actuales prueban que nuestra gente se enfrenta nuevamente a problemas ontológicos. Los peligros amenazan la integridad territorial y la seguridad del Estado independiente de Armenia, el derecho de los armenios de Artsaj a vivir libre e independientemente en su tierra natal y la solución pacífica del problema de Nagorno Karabaj.

Hoy nos preocupan las nuevas pérdidas, la incertidumbre de los resultados de las negociaciones armenio-azerbaiyanas y la coerción registrada, la prisa del diálogo armenio-turco. Nos preocupan los desafíos socioeconómicos más graves de nuestro país, la desunión e intolerancia mutua en nuestra sociedad, el proceso de sustitución de problemas urgentes por secundarios, la falta de determinación de unirnos para enfrentar las amenazas existentes y luchar juntos. Nos preocupan los problemas enfrentados en el campo de los valores y la educación, la cierta desconfianza creada entre las comunidades de la diáspora, las estructuras nacionales y las autoridades nativas, así como la falta de cooperación patriótica en las relaciones Iglesia-Estado.

La división y la fragmentación no pueden dar a luz nada bueno para superar esta difícil situación. Las Sagradas Escrituras nos instruyen y enseñan. “Tened entre vosotros el mismo amor, estad unidos, juntos. No hagáis nada con espíritu de oposición" (Filipenses 2:2-3).

Queridos hermanos, el pilar de nuestro ser, la seguridad de nuestra condición de Estado es nuestra unión nacional.

Cuanto más fuerte sea esa base, más estable será en nosotros nuestro estado independiente y su preciada conciencia. Tenemos que trabajar duro y luchar por la independencia todos los días. La independencia es un valor supremo e innegociable. Hoy es imperativo que los armenios de todo el mundo se unan en torno a la patria, actuando y creando en beneficio de su vida digna y su progreso. La patria y la dignidad nacional no pueden subordinarse a los intereses y al bienestar personal y de algún sector. La patria es de todos los hijos de la nación. Y todos somos responsables de lo que hemos hecho y omitido, logros y pérdidas por la patria, somos responsables ante Dios, ante nuestra tierra sagrada, edificios y santuarios perdidos, somos responsables ante nuestros mártires que dieron su vida por la patria y futuras generaciones.Querido pueblo armenio, nuestro llamamiento paternal es que en este día del Día de la Independencia, hagamos nuevamente el voto de asumir todo compromiso y sacrificio por el bien de la patria, Armenia y Artsaj. Vivamos con verdadero patriotismo, con alta conciencia de los intereses nacionales y estatales, para evitar dolorosas nuevas pérdidas. Con piedad y lealtad inquebrantable a nuestra patria, no nos rindamos, no nos desesperemos ante las pruebas y tribulaciones, y construyamos un futuro brillante para nuestro pueblo, una nueva página victoriosa en nuestra historia con esfuerzos unidos. Es por el poder de nuestra fe que seremos capaces de vencer todos los ataques del mal, porque, como dice el apóstol, “todo el que es nacido de Dios vence al mundo. Y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe" (1 Juan 5:4).

Instamos a las autoridades de la República de Armenia, independientemente de las diferencias ideológicas y partidarias, a cooperar y tomar decisiones patrióticas comunes con todas las fuerzas capaces de la nación para resolver la compleja y difícil situación existente, para la solución exitosa de los problemas enfrentados, así como para el mejor uso del potencial de los armenios para los intereses patrióticos nacionales.La Iglesia armenia siempre ha sido devota del fortalecimiento del Estado, pionera en la defensa de su fortaleza.

La Iglesia ha mantenido vivo el anhelo de libertad en el corazón y en el alma de sus hijos, ha inspirado la lucha por la independencia y la restauración del Estado, porque nuestros patriarcas y todo el clero han tenido una convicción indeleble de que las garantías de nuestro ser, nuestro la identidad y la conciencia nacional son fuertes e inquebrantables en las condiciones de un estado independiente.

Con el mismo celo, continuaremos dedicando esfuerzos a la importante tarea de fortalecer el estado armenio independiente.

Llevamos nuestras oraciones y aliento al ejército armenio, a nuestros soldados a defender nuestra patria sagrada, a enfrentar al enemigo con valentía.

Oramos por el descanso de las almas de nuestros hijos caídos y la pronta recuperación de los heridos.

Con motivo de la fiesta sagrada de la independencia, traemos Nuestra bendición patriarcal a Nuestros hijos alrededor del mundo, pidiendo que el Señor Todopoderoso, bajo los auspicios de Su Santa Cruz, conceda la paz a nuestra patria y mantenga seguras las fronteras de nuestro país.

Que el Buen Dios guarde y proteja a mi nación armenia en seguridad y bienestar, hoy y siempre y para siempre.
“Gracia, amor y paz a nuestro Señor Jesucristo, sea con nosotros y con todos. Amén":