Santa Sede de Echmiadzín, 10 de noviembre de 2020
Queridos fieles:
Los acontecimientos y las decisiones recientes que se tomaron en nuestra Patria con relación a la solución del conflicto de Artsaj nos han conmovido a todos.
Ante nuestros ojos están nuestros compañeros armenios que han luchado y luchado por la independencia de Artsaj durante más de tres décadas. En los últimos cuarenta y cuatro días, sacrificaron sus vidas, glorificaron a sus seres queridos mediante el martirio. Nuestros valientes armenios de Artsaj superaron el sufrimiento de la guerra, cada soldado y comandante en la línea del frente.
Ha sido un resultado difícil para todos nosotros; pero también nos impone la responsabilidad de ser sobrios, una sabiduría con visión de futuro y una determinación inquebrantable de actuar en beneficio de la Patria.
Desde lo más profundo de nuestro corazón, oramos por el bien de nuestra prudencia y unidad nacional. Con la valiente conciencia de la lección de nuestra historia de siglos —la necesidad de preservar la unidad nacional— hacemos un llamado a mantener la calma; no ceder ante manifestaciones innecesarias de las emociones que nos acechan; abstenerse de la violencia y los disturbios. La crisis actual debe resolverse mediante los esfuerzos conjuntos de las fuerzas político-militares de Armenia y Artsaj.
Amados hijos, nuestra conducta nunca debe poner en peligro la vida de los soldados que continúan valientemente con su servicio sagrado en las trincheras del frente.
En esta situación, la espalda debe permanecer más fuerte que nunca; la solidaridad y la estabilidad deben ser firmes en la espalda, para que podamos encontrar soluciones conjuntas por el bien de Artsaj y Armenia, por el bien de la vida segura de nuestro pueblo.
Hacemos un llamado a las autoridades de Armenia y de Artsaj para que de inmediato brinden explicaciones exhaustivas a la gente en nuestra Patria, en Artsaj, en la Diáspora, sobre las decisiones tomadas y su impacto en el futuro de nuestra Patria.
Nos inclinamos ante el espíritu victorioso de nuestros defensores patrióticos y apreciamos mucho la dedicación y el sacrificio de cada joven de nuestra nación.
Creemos en la sabiduría de nuestra gente.
Dios nos proteja a nosotros y a nuestra Patria.