Hoy, 10 de abril, se cumple el 30 aniversario de la brutal masacre de la población civil del asentamiento de Maragha en la región de Martakert de Artsaj cometida por el ejército de Azerbaiyán en 1992.

Como resultado de la masacre, unas 50 personas, incluidas 30 mujeres, fueron torturadas y brutalmente asesinadas, y decenas, en su mayoría mujeres y niños, fueron tomados como rehenes, y el destino de 19 sigue siendo desconocido hasta el día de hoy.

“El asalto de las fuerzas armadas de Azerbaiyán a Maragha no fue causado por una necesidad militar y tenía como objetivo exclusivo apoderarse del territorio y aniquilar a las personas que vivían allí. Docenas de residentes de Maragha fueron asesinados por la única razón de ser armenios. La masacre en Maragha, planeada por las autoridades azerbaiyanas y concebida por ellas también como un acto de intimidación, demostró los planes genocidas de Bakú hacia toda la población de Artsaj”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Artsaj en un comunicado con motivo del aniversario.

“El hecho de que el comandante de las unidades de las fuerzas armadas de Azerbaiyán, que encabezó los crímenes en Maragha, Shahin Tagiyev, haya recibido el título de héroe nacional de Azerbaiyán, no deja dudas de que los asesinatos en masa de civiles se encontraban entre las principales tareas de las fuerzas armadas de Azerbaiyán. Con ese paso, las autoridades de Azerbaiyán confirmaron que tienen plena responsabilidad por los actos internacionalmente ilícitos cometidos en Maragha”, se lee en el comunicado.

“La masacre de civiles en Maragha es una parte integral de la política genocida seguida sistemáticamente por las autoridades de Azerbaiyán durante más de 30 años, desde los brutales pogromos en Sumgait hasta los crímenes de guerra cometidos durante la agresión armada de 44 días en 2020”. señaló el Ministerio.

“Solo un Artsaj fuerte y próspero que desarrolle su condición de Estado, tenga un estatus de sujeto legal internacional y una a todos los armenios en torno a sí mismo, puede convertirse en la mejor garantía de no repetición de la tragedia de Maragha”, concluyó.