El 20 de febrero se celebra el Día del Renacimiento de Artsaj. En ese día de 1988, el Consejo de Diputados del Pueblo de la Región Autónoma de Nagorno-Karabaj aprobó una decisión sobre la unificación con Armenia.
Esta decisión histórica marcó el comienzo de una nueva etapa en la lucha de liberación nacional de los armenios de Artsaj: el Movimiento de Karabaj. Fue un movimiento verdaderamente democrático, una lucha por los derechos civiles, la identidad nacional, la igualdad económica y la vida digna.
Desde el principio, el Movimiento de Karabaj fue pacífico y encarnó la aspiración del pueblo de Artsaj de ejercer su derecho inalienable a la libre determinación utilizando los mecanismos legales vigentes.
La respuesta de Bakú a la demanda legítima de los armenios de Artsaj fue su negativa al diálogo político y los crímenes sangrientos contra la población armenia de la RSS de Azerbaiyán.
En un intento de intimidar a la población de Artsaj por la fuerza, las autoridades de Azerbaiyán iniciaron una limpieza étnica en Sumgait, Bakú y otras ciudades de Azerbaiyán pobladas por armenios, así como en los asentamientos del norte de Artsaj, que posteriormente se convirtieron en bases militares a gran escala auentando la agresión contra la población civil de Artsaj.