El 9 de noviembre, presidido por SS  Karekin II, Patriarca Supremo y Katolikós de todos los armenios, se llevó a cabo un servicio de réquiem por las almas de los defensores patrióticos asesinados en la guerra de Artsaj de 44 días en  el Monasterio de Santa Gayané. 

Los miembros del Consejo Espiritual Supremo y los  miembros de la Santa Sede de  Etchmiadzin estuvieron presentes en la sagrada ceremonia.

Antes del servicio de réquiem, Su Eminencia el P. El obispo Mushegh Babayan invitó al clero a orar por la paz de las almas de los héroes martirizados.

Al final de la ceremonia, con motivo del 9 de noviembre,SS Karekin II, Katolikós de todos los armenios, se dirigió a los presentes y al pueblo."Queridos feligreses:

El año pasado, nuestra vida patriótica se vio sacudida por los trágicos acontecimientos de la guerra a gran escala librada por Azerbaiyán contra la República de Artsaj con el apoyo de Turquía y la participación de grupos terroristas. El martirio de muchos de nuestros hijos, la pérdida de gran parte de la Patria y el dolor  de las nuevas víctimas en el período de la posguerra continúan afligiendo el corazón de nuestro pueblo.
Hace un año, en este día 9 de noviembre, gracias a los esfuerzos de la comunidad internacional, especialmente de las autoridades de la Federación de Rusia, fue posible detener la agresión azerbaiyana, cuyas consecuencias plantearon serios desafíos de seguridad,  problemas económicos y sociales para nuestra gente.
La forma de resolver los problemas que enfrentamos es aliviar el dolor y la decepción que nos ha sobrevenido. Es nuestro deber sagrado enfrentar estas severas pruebas con dignidad, manteniendo el amor y la devoción de los hijos de nuestro pueblo haciala patria,la preservación de los valores nacionales, contribuyendo al progreso de Armenia y Artsaj, fortaleciendo el celo por la unidad de nuestro pueblo.

 La difícil situación actual trae consigo el imperativo de que todos los hijos de nuestro pueblo, las autoridades, las estructuras sociales y políticas se unan en torno a los supremos intereses nacionales, para crear un ambiente sano de solidaridad nacional, confianza y cooperación comprometida, a través del diálogo. Solo así podremos corregir nuestras espaldas torcidas, convertir el dolor en fuerza, preservar la vitalidad de nuestra nación mediante la implementación de iniciativas y programas patrióticos, crear condiciones de vida dignas en la patria, prevenir la emigración, mantener la diáspora fuerte y pujante, darle nueva vida a nuestro Estado a través de esfuerzos económicos conjuntos,desarrollando  la ciencia, la educación y la cultura.

Nuestra  Iglesia continuará su misión diaria de rescate en las comunidades de Armenia, Artsaj y  la Diáspora para fortalecer la fe armenia y el espíritu optimista del futuro, el amor y la devoción a la Patria con sus diócesis e hijos piadosos, ayudando a sanar las heridas de nuestro país para el fortalecimiento de la paz y la hermandad.

"Busquemos la construcción de la paz  en unos con otros", dice el apóstol (Rom. 14:19). De hecho, la paz se establecerá en la Patria, los esfuerzos por construir un futuro brillante serán fructíferos, cuando el odio y la intolerancia sean rechazados de la vida nacional.

Hoy, junto con los miembros del Consejo Espiritual Supremo, la Congregación de la Santa Sede, los fieles de la Santa Sede de  Etchmiadzin, el centro de oración de todos los armenios, oramos por la paz y la estabilidad de nuestra patria, Armenia y Artsaj.

Oramos al Señor Altísimo por los héroes caídos en la defensa de la Patria, que  Dios Misericordioso pueda conceder paz a sus almas, consuelo a las familias en duelo, un regreso rápido a los cautivos y a los desaparecidos.

Pedimos la ayuda del Señor y la protección del Sagrado Derecho de nuestros hijos que viven en la P atria y en todo el mundo.

Que la gracia y la bendición del Señor estén con nuestro país y nuestro pueblo, ahora y por siempre. Amén. "