La Iglesia Apostólica Armenia ha estado siempre junto al pueblo armenio y ha construido con él las páginas más gloriosas de su historia, tanto en la victoria como en las derrotas.

Nuestra Iglesia cuenta con muchos sacerdotes que han luchado en el frente hasta el final, han acompañado a los soldados y han batallado con fe para mantener el cristianismo como parte indisoluble de la identidad armenia.

En Armenia, hay muchos jóvenes que no han sido bautizados, porque tampoco lo fue la generación de sus padres, muchos de ellos niños en la época soviética, cuando la mayoría de las iglesias permanecían cerradas y muchas ceremonias religiosas -como el bautismo- se hacían en las propias casas. Eso no significa que no tuvieran o no tengan fe; por el contrario, solo que no tomaron el sacramento porque el momento así lo imponía.

Sin embargo, hoy, cuando la situación es más que crítica y la guerra los llama a servir a la Patria, esos jóvenes son bautizados antes de partir al frente.

En una ceremonia colectiva, en la que sus propios compañeros son sus padrinos, grupos de soldados que parten a cumplir su deber patriótico fueron bautizados cerca del frente. Tras ungirlos con miurrón y sumergir sus manos en agua con los óleos sagrados, los soldados tomaron la comunión en una emotiva ceremonia que fue transmitida por el canal "Shoghagat" de la Santa Sede de Echmiadzín.

Que Dios los guíe y acompañe en todos sus actos.