Una pareja decidió casarse pese a la guerra como símbolo de esperanza de vivir en un mundo de paz.
El lugar elegido para la bendición de la nueva familia fue la iglesia San Salvador, conocida como Ghazanchetzótz de Shushí.
No importaron las ruinas ni el objetivo azerbaiyano de destruir el patrimonio cultural armenio para que estos jóvenes tomaran la decisión de dar inicio a una nueva historia de vida en una iglesia que es un símbolo para todos los armenios del mundo: un símbolo de victoria, de vida y de fe.
Así lo calificaron los numerosos medios de prensa que cubrieron la noticia y los acompañaron hasta el final cuando a la salida de la iglesia, la novia y el soldado soltaron dos palomas como símbolo de paz.