Los precios de los alimentos en Armenia están subiendo incómodamente y las causas no son fáciles de solucionar: la inflación mundial, una mala cosecha y la depresión económica provocada por la pandemia y la guerra.
Los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas aumentaron un 13,5 por ciento interanual en julio, según el Comité de Estadística de Armenia, el mayor salto desde al menos la década de 1990.
Losproductos importados, como el aceite de cocina y el azúcar, ya aumentaron en cifras de dos dígitos en los últimos meses, pero ahora los precios de los productos locales también están pesando en las canastas de los consumidores. Este verano, en Armenia, ha sido muy seco, lo que ha perjudicado las cosechas.
El mes pasado, en comparación con julio de 2020, el precio del pan aumentó un 8,6 por ciento, la carne un 9,7 por ciento, la mantequilla un 15,9 por ciento, el azúcar un 39,4 por ciento, los huevos un 51,3 por ciento, la leche en conserva un 10,4 por ciento y las verduras un 53 por ciento.
En un intento por controlar esta inflación más alta de lo esperado, la BCA elevó su tasa de refinanciamiento de referencia el 3 de agosto por quinta vez en menos de ocho meses. En junio, el banco explicó que la recuperación económica mundial estaba provocando un aumento de los precios de las importaciones de alimentos esenciales y esperaba que este "entorno de alta inflación" persistiera en los próximos meses.
Eso asfixia aún más la ya débil demanda.
Durante años, la BCA mantuvo bajas las tasas de interés para estimular los negocios, ahora tiene la nada envidiable tarea de tratar de mantener el dram armenio estable antelos aumentos de precios en un entorno de bajo crecimiento.
El PBI se ha visto muy afectado por la pandemia y la guerra del año pasado con Azerbaiyán. La economía se contrajo un 7,6 por ciento en 2020 y el FMI espera un PBI real de solo el 1 por ciento este año siendo optimista. El FMI había pronosticado que la inflación de los precios de los alimentos alcanzaría un pico en la primera mitad de 2021 antes de caer a un 4 por ciento más manejable.
Después de hundirse a fines de 2020, el dram ha recuperado su valor frente al dólar estadounidense en los últimos meses.
Eso por sí solo puede no ayudar con las preocupaciones básicas, dijo el economista Hayk Mnatsakanian.
"Después de que los precios suben, caen mucho más lentamente. Esto es particularmente visible en el caso de los precios de la gasolina, porque los importadores [...] tienden a no reducir los precios rápidamente, sino que intentan obtener la mayor ganancia posible", explicó, señalando los precios de los combustibles como una carga especial para los agricultores.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación también espera que la producción caiga significativamente.
"La producción total de cereales de 2021 se pronostica en alrededor de 208.000 toneladas, alrededor de un 30 por ciento por debajo del nivel promedio. Se espera una producción de trigo de alrededor de 120.000 toneladas, muy por debajo del promedio de cinco años". Durante el próximo año, Armenia necesitará importar alrededor de un 20 por ciento más de cereales por encima del volumen promedio de los últimos cinco años debido a la reducción de la producción, dijo la FAO en julio..