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Armenia - La guerra en primera persona
¡Sonreiremos y viviremos!
13 de Octubre de 2020

Por Lika Zakarian, Stepanakert. (Foto de David Ghahramanyan), para Civilnet.

Es un día relativamente tranquilo. Me encontré con mi papá y fuimos juntos a buscar algo de comer. Apenas tuve el coraje para dejar el refugio y arriesgarme a grabar o fotografiar algo.

Vi a muchas personas conocidas y no conocidas. Eso fue espectacular. A veces, sentada en un refugio, me parece que las personas a mi lado son las únicas que realmente existen en el mundo, como en las películas sobre el apocalipsis.

Hay una frase en mi cabeza que solíamos publicar durante la era de "Odnoklassniki". Dice así: "La gente sonrió en la guerra, pero uno no quiere vivir sentado en el sofá". Y nos dijimos esto: "¡Oh, qué malos y negativos somos, hay tantas guerras en el mundo y nos quejamos de esto y de aquello!". Pero todo ha cambiado. Hoy somos el pueblo que sonríe en la guerra. Por supuesto, lloramos, nos preocupamos; también tenemos miedo, pero también reímos, tratamos de apoyarnos. No sé si esto es bueno o malo. Díganlo ustedes.

También conocí a dos Kristinas, les di pan y tuve una charla de corazón a corazón. Intercambiamos información, nos preguntamos sobre familiares en primera línea, hablamos de política, de perros abandonados en la ciudad y lo que nos falta en nuestra vida cotidiana.

Fui a visitar a Hovig en el café Samra, un sirio-armenio que vino aquí durante su guerra. ¡Es muy irónico escapar de una guerra y verse envuelto en otra! Pero dijo que esta vez la guerra es diferente, ésta por la Patria vale la pena.

Hovig les da de comer a los periodistas sopa caliente (¡es divino!) y no acepta dinero a cambio. Dijo que ayuda en todo lo que puede.

Al final del día, recibí un regalo muy valioso de mi hermana pequeña, que está ahora en Ereván. Nuestros padres la enviaron allí. Nos sentimos muy conectados entre nosotros. Su primera palabra fue "mamá", pero ella me llamó así a mí, no a nuestra mamá. Hoy me escribió un poema que me gustaría compartir, pero me pidió que no se lo mostrara a nadie,  que quede entre nosotras como hermanas. Fue lo más cálido que me ha pasado desde que comenzó la guerra ...

Me gustaría decir que sonreír en la guerra es bueno. Y luego puedes volverte loco. ¡Sonreiremos y viviremos!.

No sé cómo deberíamos vivir para ser un poco dignos de aquellos que sacrificaron su vida para que pudiéramos vivir en nuestra tierra natal.

¡Pero viviremos y sonreiremos!

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