”A fecha de 28 de septiembre continúa la agresión a gran escala iniciada por Azerbaiyán contra Artsaj.
Las declaraciones de la comunidad internacional, incluyendo a los copresidente del Grupo de Minsk de la OSCE y sus países, sobre la escalada de tensión a lo largo de la línea de contacto entre Artsaj y Azerbaiyán, demuestran claramente que la comunidad internacional condena el uso de fuerza y el menosprecio a la seguridad y la paz regional.
Al enfrentarse a esta postura unánime de la comunidad internacional, la parte azerbaiyana se ha puesto a diseminar información explícitamente falsa, culpando a la parte armenia de haber instigado las hostilidades.
Sin embargo, hay pruebas irrefutables que demuestran que la agresión ha sido iniciada por Azerbaiyán. Durante años, Azerbaiyán consistentemente ha violado los acuerdos trilaterales a tiempo indeterminado de 1994-1995, que establecen el régimen del alto el fuego. Asimismo, ha rechazado las propuestas de los copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE de implementar mecanismos de investigación de las violaciones del régimen del alto el fuego y de reforzar el monitoreo del alto el fuego, conservando, de esta manera, la posibilidad de hacer uso de la fuerza y de llevar a cabo un ¨juego de acusaciones¨. La evidencia más reciente de lo arriba expuesto se basa en el hecho de que el pasado 25 de septiembre Azerbaiyán rechazó el pedido del representante personal del presidente de la OSCE en funciones de llevar a cabo un monitoreo en la línea de contacto, lo que demuestra que Azerbaiyán tenía la intención de ocultar sus planes de iniciar una guerra.
La agresión actual de Azerbaiyán contra Artsaj posee dos características:
Azerbaiyán, a nivel del presidente Alieyev, ha rechazado el proceso de paz y ha expresado su objetivo de solucionar el conflicto de Karabaj con una guerra a gran escala.
En segundo lugar, para lograr ese objetivo Azerbaiyán recibe un apoyo militar masivo de parte de Turquía.
Notablemente, Turquía ha estado apoyando a Azerbaiyán en el transcurso del conflicto de Nagorno Karabaj, desde los años noventa, cuando se le impuso un bloqueo terrestre a la República de Armenia. Sin embargo, durante la agresión actual y en la fase de su preparación, el apoyo de Turquía cambió cualitativamente y actualmente se caracteriza por la presencia directa de Turquía en el área de las actividades militares.
Junto a Azerbaiyán, combate personal militar experto de Turquía, que utiliza armamentos de producción turca, incluso vehículos aéreos no tripulados y aviones militares, Según fuentes confiables, Turquía recluta combatientes terroristas extranjeros y les traslada a Azerbaiyán. Al mismo tiempo, la alta dirigencia de Turquía demuestra su apoyo incondicional a Azerbaiyán, tanto a nivel político como de propaganda.
En efecto, se ha creado una situación, en la cual el pueblo de Artsaj combate contra la alianza turco-azerbaiyana. Turquía, que hace un siglo exterminó al pueblo armenio que vivía en su patria histórica y que hasta el día de hoy justifica ese crimen atroz, actualmente apoya a Azerbaiyán, empleando todos los medios posibles, para llevar a cabo las mismas actividades genocidas en el Cáucaso Sur. Esta alianza genocida turco-azerbaiyana representa un grave peligro para los pueblos de la región.
Armenia y Artsaj tienen la firme determinación de hacerle frente y neutralizar las intenciones de esta alianza, haciendo uso de todas sus capacidades. Esta firme determinación de las partes armenias no tiene alternativa, porque expresa la inquebrantable voluntad del pueblo armenio de vivir en su patria histórica.
Armenia está totalmente convencida de que este aventurismo militar de Azerbaiyán fracasará, y que Azerbaiyán se verá obligado a renunciar a sus intenciones de solucionar el conflicto por la via militar y a dialogar con el pueblo de Artsaj no en el lenguaje de las armas, sino en torno a una mesa de negociaciones”.